“Voy a someterme a una liposucción para bajar de peso”. Que nuestro objetivo sea bajar de peso, cuando decidimos someternos a una liposucción, es un completo error. Una liposucción no es un tratamiento contra la obesidad, ni siquiera es el más indicado para bajar esos kilos de más. Se trata de una técnica usada para moldear la figura del cuerpo y eliminar la grasa (o tejido adiposo sobrante) de determinadas zonas del cuerpo. Hablamos de grasa localizada y a veces es difícil de eliminar con dietas, ejercicio y un estilo de vida saludable.
La liposucción o lipoescultura extrae, mediante intervención quirúrgica, grasa acumulada (tejido adiposo sobrante) en diferentes partes del cuerpo. Las más comunes suelen ser papada, brazos, abdomen, nalgas, caderas, muslos, rodillas y tobillos. El proceso es sencillo, mediante anestesia local, epidural o general, se introduce en la zona a tratar una cánula o jeringuilla especial conectada a una máquina de vacío que aspira el tejido adiposo sobrante. La intervención puede durar entre una hora y dos horas y requiere de ingreso hospitalario.
Lo habitual es pensar que una liposucción es un tratamiento para perder peso y que sólo aquellas personas con sobrepeso u obesidad deben someterse a ello. Pero lo cierto es que se trata de todo lo contrario, en muchas ocasiones tenemos una percepción errónea de este tipo de tratamiento. Una liposucción es un método de remodelación corporal, ideal para personas que tengan un pequeño sobrepeso, localizado en algunas zonas del cuerpo (descritas anteriormente), y que persiguen conseguir una figura más esbelta y uniforme. Por lo tanto, no es un tratamiento recomendado para perder peso, puesto que sólo trata zonas localizadas. Pero no podemos olvidar, que la grasa extraída o removida a través de este procedimiento quirúrgico puede volver a recuperarse si el estilo de vida del paciente no es disciplinado, sano, ni está basado en una dieta equilibrada acompañada de deporte constante.
Sin embargo, no todo está acabado para aquellas personas que buscan una ayuda para bajar de peso. Existen diversas opciones (como la cirugía metabólica o bariátrica, que implica la modificación del aparato digestivo) para combatir la obesidad; tratamientos mucho más eficaces que la liposucción. En estos casos, siempre será el profesional médico quien determine qué tipo de procedimiento es más aconsejable para cada paciente. Obviamente, cualquier tratamiento de pérdida de peso debe ir acompañado de una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable. Así evitaremos volver al punto de partida.
Microliposucción como complemento a la cirugía bariátrica
Tras la cirugía bariátrica, y para completar el tratamiento y conseguir mejores resultados para el paciente, podemos realizar la microliposucción. Esta técnica se realiza con anestesia local y en pequeñas superficies del cuerpo en las cuáles aún sigue quedando, debido a la genética de la persona, grasa acumulada. Zonas en las cuales resulta muy difícil perder grasa, según el organismo de cada persona. Hablamos de un tratamiento que debe realizarse en pacientes que se hayan sometido a un tratamiento integral de obesidad y cuyos resultados estén siendo muy positivos.
En estos casos es completamente necesaria la valoración del cirujano bariátrico y del cirujano estético para que la liposucción se realice con total seguridad y la garantía de que los resultados serán los deseados. Y por supuesto, para poder mantener los éxitos obtenidos en el tiempo, el paciente deberá cambiar sus hábitos alimenticios y su estilo de vida. Es decir, sustituirlos por una rutina saludable, basada en el deporte constante y la ingesta de alimentos nutritivos (sin grasas saturadas o azúcares). Con el objetivo de evitar ese temido efecto retorno o rebote.
Por tanto, una liposucción no es un tratamiento contra la obesidad, se trata de una técnica usada para moldear la figura del cuerpo del paciente. ¿Necesitas más información? Contacta con nosotros.