La rinoplastia es una de las cirugías estéticas más demandadas. Esto es porque la nariz es la parte más visible de nuestro rostro y, por ello, una de las más importantes. Además, a este tipo de intervención se le une el factor funcional de esta, que hace que aumente aún la demanda de rinoplastias entre nuestros pacientes. Pero sobre la rinoplastia, y otros tratamientos, existen ciertos mitos inciertos que pueden llegar a determinar una decisión importante. En este post, te desmentimos algunos de ellos y te explicamos el por qué.
Falsos mitos sobre la rinoplastia
- La nariz queda muy frágil, determinará nuestro estilo de vida. La única limitación que existe es la marcada por el equipo médico durante el tiempo de postoperatorio.
- La rinoplastia puede moldear la nariz a cualquier tamaño o forma. Existen limitaciones que tienen que ver con la estructura ósea del paciente.
- Es una intervención muy dolorosa. Esto no es cierto. No es dolora ni durante la intervención ni durante el postoperatorio. Este mito proviene de las primeras rinoplastias que sí eran dolorosas, pero las técnicas y procedimientos se han mejorado considerablemente desde entonces.
- Se puede realizar a cualquier edad. Se recomienda superar la mayoría de edad para que el desarrollo de la nariz esté completado naturalmente.
- Los resultados son visibles desde el primer momento. Como cada intervención quirúrgica, tras la operación se produce una inflamación de la zona, la cual necesita un determinado tiempo para desaparecer.
- La rinoplastia afecta a la respiración del paciente. No es cierto. Junto con la estética, el cirujano mejorará la funcionalidad de la nariz.
- Puede eliminar los problemas de ronquidos. Aunque esto sería algo positivo, no es así, ya que este problema se encuentra en la falta de espacio de la nasofaringe.
- Todo el mundo se dará cuenta de que te has sometido a una rinoplastia. Los resultado será naturales.
- Todas las narices operadas quedan estéticamente iguales. Esto no es así, cada nariz es única, puesto que su estética deberá ir en función de la fisionomía de cada paciente.
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