La blefaroplastia sirve para eliminar el exceso de piel de los párpados superiores, disminuir el aspecto de pesadez y cansancio en la mirada. Así como de corregir las bolsas de grasa y surcos de los párpados inferiores, la laxitud de los pliegues y las arrugas de alrededor de los ojos.

Su objetivo principal es mejorar la forma de los párpados y rejuvenecer la mirada.

Pero en torno a ella, como de cualquier tipo de cirugía, existen ciertos mitos falsos. Los enumeramos a continuación:

1. Es un tratamiento que elimina las “patas de gallo”. Es cierto que rejuvenece la mirada, pero no tiene efecto directo en las arrugas de expresión que se forman en los laterales de los ojos. Aunque sí puede combinarse con otro tipo de tratamiento que sí las trate directamente.

2. Los pacientes deben tener una edad específica para someterse a esta intervención. Cualquier persona puede corregir sus párpados, siempre y cuando sea mayor de edad.

3. Esta cirugía cambia la expresión del rostro. Su objetivo es mejorar y rejuvenecer la mirada, no cambiarla.

4. La blefaroplastia es una intervención únicamente estética. No es cierto. No siempre se realiza con fines estéticos, sino también con un objetivo funcional: el de ampliar el campo de visión del o la paciente. Ayudando así a que pueda abrir con normalidad los párpados.

5. El posoperatorio es muy doloroso. La blefaroplastia está considerada como una de las cirugías con el posoperatorio menos doloroso.

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